supremas de pollo 4
jamón cocido 150 GRAMOS
cebolla picada y rehogada en manteca 2 CUCHARADAS
queso rallado
1/2 TAZA
perejil picadísimo 1 CUCHARADA
aceitunas verdes picadas 2 CUCHARADAS (OPTATIVO)
sal y pimienta A GUSTO
mostaza IDEM
clara 1 (PARA UNIR)
aceite 3 CUCHARADAS
manteca 60 GRAMOS
cebolla de verdeo, picada 1/2 TAZA
caldo de verduras 1 CUBITO
vino blanco seco 3/4 DE TAZA
agua 1/3 DE TAZA
jugo de limón 1/3 DE TAZA
Varios
arvejas a la manteca COMO GUARNICION
Quítele a las supremas de pollo la piel, nervios y todos los
indeseables
que se le crucen en el camino. Con un cuchillo filoso (en lo posible sin serrucho) ábralas cuidadosamente al medio, por la
parte más ancha, a fin de formarles un bolsillo, que luego rellenará.
Sazónelas a gusto con sal fina, pimienta negra recién
molida y bastante jugo de limón. Resérvelas hasta utilizar.
Pique finamente los 150 gramos de jamón cocido. Mezcle
en un bol la cebolla previamente rehogada en manteca (hasta que se ponga transparente), el jamón cocido picado, la cucharada
de perejil ídem, el queso rallado y las aceitunas verdes picadas. Pruebe y -si fuera necesario- rectifique el sazonamiento
con sal, pimienta y mostaza a gusto. Sume la clara y mezcle para ligar.
Distribuya el relleno en los bolsillos que
hizo a las supremas, cierre y sujete con palillos para que no se escape. En una cacerola, caliente las 3 cucharadas de aceite
y dore en él las supremas rellenas.
http://ileychicken.tripod.com Escúrralas sobre papel y deseche el aceite, pero no lave la sartén.
Coloque allí mismo la manteca, derrítala raspando
el fondo de cocción y saltee las cebollitas de verdeo.
Cuando las cebollitas estén rehogadas, agregue en la sartén
el caldito de verduras previamente desmenuzado. Sume el vino blanco seco, 1/3 de taza de agua y la misma cantidad de jugo
de limón. Por último, incorpore a la sartén las pechugas rellenas reservadas. Deje hervir despacito, a fuego bajo, dando vuelta
las supremas una vez, hasta que al pincharlas se noten bien cocidas.
Una vez cocidas, escurra las supremas y quíteles
los palillos. Pruebe la salsa y rectifique -o no- el sazonamiento. Si la salsa estuviera muy líquida, espésela con un poquito
de fécula previamente diluida en apenitas de agua. Sirva las supremas cortadas en rodajas rectas u
oblicuas (usted me
entiende...) con toda su salsa. Acompáñelas con una porción de arvejas a la manteca