1 pollo, cortado en presas
Sal y pimienta, a gusto
Aceite, cantidad necesaria
6 dientes de ajo
1 hoja de laurel
1 lata de tomates al natural (o 6 tomates perita maduros)
1 cucharada de ají molido
2cucharaditas de conserva de tomates
1/2 taza de vino blanco seco
Papas al natural, torneadas de un mismo tamaño, para acompañar
50 g de manteca blanda
1 cucharada de perejil picadísimo
Quítele la piel a las presas de pollo (salvo que a usted le gusten...).
Condiméntelas con sal y pimienta a gusto.
Vierta aceite en una cacerola hasta cubrir el fondo.
Caliente.
Dore las presas de pollo, de ambos lados, en aceite caliente. Luego, escúrralas.
Agregue en la sartén los dientes de ajo previamente picados y rehogúelos sin que se doren.
Cuando la salsa rompa el hervor, agregue las presas de pollo.
Cocine a fuego suave, hasta que el pollo esté cocido y la salsa, espesita. Si durante la cocción hiciera falta, agregue
chorlitos de agua o caldo para mantener un volumen respetable de salsa.
Disuelva la conserva de tomates en el vino y agregúela en la cacerola. Mezcle bien y cocine unos segundos hasta que del
vino sólo quede el bouquet.
Pruebe y rectifique (o no) el sazonamiento.
Agregue el laurel, los tomates picaditos y con todo su jugo (si son frescos, pélelos previamente) y el ají molido.
Sirva las presas con toda la salsa, acompañadas con las papita al natural sazonadas con manteca y espolvoreadas con perejil
picado
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