50 g de manteca
3 zanahorias, en rodajas finas
2 cebollas, en rodajas finísimas y separadas en aros
1 tallo de apio cortado en tiritas
6 supremas de pollo, (sin piel ni indeseables)
Caldo de verduras cantidad necesaria
1 taza de vino blanco seco
2 cucharadas de estragón
Sal y pimienta de molinillo, a gusto
1 yema
1 cucharadita de harina
100 g de crema de leche
2 tazas de arvejas a la manteca
Derrita la manteca en una sartén y cocine las zanahorias, el apio y la cebolla tapadas, sobre fuego suave, hasta que estén
tiernas pero sin dorar.
Vuelque todo en una cacerola y agregue las pechugas (sin piel), previamente sazonadas con sal.
Únale el vino blanco y caldo hasta llegar al nivel de las pechugas. Sazone con pimienta y el estragón. Tape y cocine
hasta que las pechugas estén tiernas. Escurra las supremas y reserve.
Cuele la salsa y mida 2 tazas. Coloque las dos tazas de caldo en una cacerolita y haga hervir hasta reducir a la mitad.
Bata la yema con la harina y la crema. Agregue este batido al caldo, mientras mezcla continua-mente con batidor de alambre
para que no se formen grumos, hasta que rompa el hervor.
Siga revolviendo con cuchara de madera, hasta que la salsa
espese. Sazone a gusto con sal y
pimienta.
Corte las pechugas en tajadas oblicuas, dispóngalas en una fuente, cúbralas con lasalsa bien caliente y salpique con hojitas
frescas de estragón, picaditas (o a falta de éstas con perejil picadísimo).
Acompañe con arvejas a la manteca o con una jardinera de verduras igualmente salteadas.
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