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3 patatas medianas (690g) pelados y cortadas en rodajas finas
500 g de boniatos pelados, cortados en rodajas finas
3 filetes de pechuta de pollo
1 taza de agua
1/2 taza de vino blanco seco
2 hojas de laurel
1 tira de piel de limón
60 g de mantequilla
3 cucharadas d eharina
3/4 taza de leche
2 cucharadas de mayonesa
2 cucharaditas de mostaza
1/4 taza de jugo de limón
COBERTURA
2/3 taza de pan rallado integral
1/3 taza de queso gruyere rallado
1 cucharada de cebollino fresco picado
Precaliente el horno a una temperatura de 180ºC.
Unte una fuente honda resistente al calor con un poco de mantequilla derretida.
Hierva las patatas en agua hasta que estén tiernas y escúrralas.
Ponga el pollo en una cacerola con agua, el vino, las hojas de laurel y la piel de limón.
Llévelo a ebullición y deje que hierva a fuego lento, tapado, durante 10 minutos.
Retire el pollo, pero deje que el caldo siga hirviendo, sin tapar, hasta que haya reducido a una taza.
Retire las hojas de laurel y corte cada pechuga en 6 rodajas.
Caliente la mantequilla en una cacerola mediana y añada la harina.
Cueza a fuego lento 2 minutos o hasta que la mezcla esté algo dorada.
Agregue el caldo reservado y la leche de forma gradual, removiendo constantemente a fuego medio 5 minutos o hasta que
la mezcla hierva otro minuto y retírela del fuego.
Deje que se enfríe durante 5 minutos, agregue la mayonesa, la mostaza y el jugo de limón.
Disponga la mitad de las patatas en la base de la fuente, cúbralo con el pollo y una capa de las patatas restantes.
Finalmente, vierta la salsa.
Esparza los ingredientes de la cobertura por encima y hornéelo 20 minutos o hasta que el pastel esté totalmente caliente.
Sírvalo al instante con una ensalada a gusto.
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